Hace 36 años descubrí el Networking… ¡en China!

1988, creé mi primera empresa: una empresa exportadora de productos de lujo a China. Comercializo exclusivamente marcas de perfumes (Van Cleef, Balmain, Azzaro, etc.) y bebidas espirituosas.

Fui a Shanghai regularmente durante 3 años. Allí conozco a Hirondelle, la hija del alcalde de una gran ciudad china. Ella me presentará a 100 personas muy influyentes que brindan acceso a los mil millones de personas en el Reino Medio.

Estos encuentros fueron decisivos para el éxito comercial de mi negocio, y sobre todo…, me permitieron comprender un principio esencial: el éxito empresarial no depende sólo de una idea brillante o de una ejecución impecable. Es la capacidad de conectarse con otros, de comprender y navegar en diferentes culturas, lo que forja el éxito.

¡Para llegar a millones de personas, empieza por conocer a una!

Es una lección que he llevado conmigo a todos mis esfuerzos, una filosofía que animo a todos ustedes a adoptar. Tenga siempre presente que detrás de cada éxito hay una red de contactos bien cuidada; ¡El verdadero capital es la gente!

Este período también me permitió cruzarme con Pierre Cardin, un diseñador y empresario excepcional, que fue mi amigo y mentor durante muchos años. Pero esa es otra historia...

En 1991 experimenté mi primer fracaso profesional. Aprendí dos lecciones esenciales de esto.

Marzo de 1991, todos los indicadores están en verde para la noche de lanzamiento del Círculo de Negocios del Vino :
✔️ Un invitado de prestigio, Serge Dassault, acompañado de sus hijos
✔️ Un lugar legendario, el famoso Maxim's
✔️ Un vino excepcional, con degustación de un Château Yquem
✔️ Importante cobertura mediática

Se esperaba la presencia de 500 altos ejecutivos. 25 vinieron. El golpe de martillo.

Este primer fracaso me enseñó dos lecciones valiosas:
Lección #1 – El poder del networking. Serge Dassault y el propietario del Château Yquem me animaron a continuar y me presentaron su red. Conocí personas que resultaron decisivas para la continuidad del Círculo Vino & Negocios.
En tiempos difíciles, una buena red es una verdadera palanca de recuperación.

Lección #2 – Perseverancia, sí, pero con fecha límite.
Después de esa noche, podría haberme dado por vencido, diciéndome que el proyecto no era viable. En lugar de eso, me puse un ultimátum: tres años para conseguir que el Círculo despegue. Esta fecha límite me dio la claridad y el sentido de urgencia necesarios para mantenerme enfocado, innovar y perseverar.

Dos años y medio después, había logrado los objetivos que me había propuesto para el Círculo Empresarial del Vino.

Aquella primera noche, que muchos habrían llamado un desastre, fue la piedra angular sobre la que construí no sólo un club que sigue atrayendo a más de 1.100 miembros cada mes, 30 años después, sino también una filosofía profesional: ante la adversidad, buscar apoyo y darse el tiempo que se necesita para triunfar.